Las lagrimas caen poco a poco rodando insignificantemente por la suavidad de la cara, resbalan de mis ojos, rodan por mis mejillas y caen sutilmente en la levedad de mi cuerpo sin sentimiento alguno. Y es que ahora no hay percances, no hay mas daño físico ni emocional, no hay rencores ni alegrías, todo es pasado; las palabras se las ha llevado el viento claro está que esto pasa en repetidas ocasiones sin poder cambiar situaciones, los momentos de cuentos de hadas escritos en esta historia se han manchado con tinta roja, se han borrado entre palabras, y es que esto es lo que siempre pasa!
Siempre por alguna u otra razón alguien tiene que derramar el tintero, casi siempre tu, casi nunca yo, no es por decir culpables ya que fue error mío por dejadez y error tuyo por omiso.
Pero cada situación escribe una nueva hoja, donde no se sabe que vaya a pasar, en donde tienes que seguir el trama dela historia, seguirla paso a paso, palabra por palabra, solamente para descubrir ese fatídico e inesperado final en donde nadie sabe como vaya a acabar.
Presiento que esta historia ya no tiene final, he llegado al punto de ser la puntuación de este cuento , no pudiera faltar ya que sin mi esto no podría acabar, soy ese punto final que espera ser colocado, soy esa coma que marca espacios, soy esas letras que escriben nuestra historia, soy la hoja de papel esperando ser dibujada, en fin soy la autora de este cuento que no desea acabar.
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