Confesiones

Por: Mariana Chacón Gorozpe

Palabras adoquinadas, mentes entre cortadas, verdades camufladas entre infamias con certera; caminos con compromiso de calles sin rumbo fijo, dibujándose un sendero de palabras con pleno esmero.

-¿Y que onda con esas mis rimas?

Serán sinceridades plenamente formuladas o Frases bien colocadas de misiones con más de una coartada. UN LABERINTO DE PALABRAS CARENTE DE SALIDA, un solo camino de reales fantasías y súbitos planeamientos.



-Oh!, ¿Qué tan maravillosos fueron esos tiempos?

Exceso de respuestas a una sola cuestión, la inconsciencia presente en el sentimiento adolescente; absurdos, ridículos, escenas, hormonas, sentimientos y demás.
Soñar, correr, jugar y patalear, Romper en el llanto de una ola al despertar; sentir un mundo irracional para luego –horas, minutos, segundos más tarde- volver a idealizar nuestro mundo sin igual.

No existían reglas, fronteras ni límites, nuestro objetivo era obtenido a nuestro verbo, era ese país del que éramos tu presidente y yo senado, y todos los que quisiéramos recibir allí se encontraban como humildes plebeyos esperando órdenes mayores.

Todo era distinto, el mundo se movía al contraste de justificaciones de nuestras bocas.
Alguna vez el asaltante trato de traicionar al gánster, pero como enemigos íntimos siempre estuvieron hasta el último momento.

¿Sabes? A veces me pregunto que seria de ambas partes sin un pasado, prefiero no responder y entregarme de lleno a este presente no carente de pasado, para poder explotar de llanto en momentos de nostalgia.
Porque es mucho mejor esperar paciente un ‘nuestro futuro’ a quedar vacío sin un pasado, y a vivir impávida en un presente. Porque es mejor sentir de lleno a ser como una roca, porque momentos así sé que de nuevo no vendrán pero sí perdurarán.


He quedado presidente y tú has probado tu suerte, reinaré nuestro reino, verdades ocultas, mentiras a la luz, mentes que gozan, cuerpos que arden, lenguas atadas por un mismo cordón, siendo siempre ángeles a luz, demonios en tinieblas y bitches al alba.
Porque un te quiero es una nota ahogada, en un su lugar el te amo fluyendo en la corriente...